Eagle
—Me gusta el nombre Eagle. Eagle significa águila. El águila tiene mucha importancia para los indígenas.
»¡Ella conoce qué es la libertad! ¡Conoce qué es el vuelo! ¡Vive allí donde sólo hay viento, sol, montañas, precipicios insondables y libertad!
»¡El águila nace libre y muere libre! ¡Nace para volar, para vivir planeando sobre las montañas! ¡Uniendo sus alas con el viento, el águila descubre el poder que le permite planear!
»Cuando la muerte ha de llegar, ella de antemano conoce este momento. ¡Entonces sube por última vez al cielo y arroja allí su cuerpo, ya innecesario, y sigue viviendo en espíritu, planeando allí donde el sol ascendente ilumina las cimas de las montañas!
»¡Me gusta el nombre “Águila”! ¡Los Guerreros del Espíritu son como águilas! ¡Ellos nacen para vivir y morir siendo libres! Viven uniendo las Alas del Espíritu con el Poder del Creador y aprenden a planear sobre el mundo material, siendo guiados y sostenidos por el Poder. Planean en el flujo de la Eternidad y el Poder de Dios se manifiesta a través de sus cuerpos. ¡Se deslizan en la Infinidad de la vida, sin ser encadenados por nada, salvo por el Amor que les une con el Poder!
»Cada uno de los Guerreros del Espíritu sabe cuándo su cuerpo morirá y sale al encuentro con su Libertad dejando la envoltura ya innecesaria, su cuerpo, antes de que éste muera debido a otras razones.
»¡Sin embargo, los Guerreros del Espíritu pueden lograr aún más! ¡Uniendo el Poder con sus cuerpos, pueden convertir la materia en el Espíritu encendiendo el Fuego desde adentro!
* * *
—¡Eagle, enséñanos a hablar en aquel idioma que será escuchado por las almas preparadas para las Grandes Iniciaciones, y no por las «mujeres románticas»!
—¡Las montañas hablan con su silencio y a través de su grandeza manifiestan su esencia!
»¡Con el vuelo de la libertad, el viento habla con aquellos que han desplegado sus alas!
»A través del poderío de Sus olas y a través de la fuerza de Sus corrientes, el Océano del Primordial se manifiesta solamente en Su capa superficial, pero no permite entrar en Sus Profundidades a nadie que no sea invitado; pues las pequeñas “criaturas de la capa superficial” serían aplastadas allí.
»Con las almas preparadas para las Iniciaciones Más Altas, el Primordial puede comunicarse también sin palabras. ¡Él habla mediante Sus Toques! Y entonces el alma llega a conocer el sabor de la Unidad y comienza a desear quedarse en la Unión.
»Las palabras son importantes, pero no más importantes que el murmullo de los arroyos en las laderas montañosas, que el susurro del oleaje o el roce del viento que acaricia el pelo.
»¡Cuando Dios habla con un alma que va por el Camino, Él habla en un idioma cuyas palabras no son otra cosa que un reflejo del Gran Amor entre el alma y Dios!
»Con la ayuda de los métodos de su Escuela, se puede sumergir a una conciencia madura en la Morada del Creador en un mes o poco más.
»Pero para refundir y rehacer almas más jóvenes, para ayudarles a madurar, para enseñarles a ser Uno Conmigo, después de haberse quitado los vestidos del egocentrismo y superado la “forma humana”, se necesitan años de esfuerzos arduos. Esto es como tallar una escultura a partir de un bloque de mármol: hay que quitar todo lo innecesario, y entonces queda sólo la Esencia Átmica purificada, el Yo Superior.
—Eagle, cuéntanos, por favor, cómo Te percibías cuando estabas encarnado entre los indígenas.
—Mi cuerpo estaba lleno de Poder. No había ningún obstáculo insuperable para Mí. ¡Yo veía todos los obstáculos simplemente como algo que debía ser superado!
»En Mis encarnaciones Yo nunca prestaba toda Mi atención a los problemas inherentes a la vida terrenal. Nunca Me “estrechaba” a Mí Mismo atascándome completamente, es decir, con la conciencia entera, en una situación terrenal problemática. Yo nunca hacía de ésta una “cárcel” para Mí.
»La inmensidad era Mi “casa” y, experimentando esta inmensidad y totalidad, Yo realizaba Mis acciones.
»Nunca Me convertí en prisionero de la ilusión de que el plano material es el único mundo donde vivimos. Para Mí, éste existía solamente en la superficie del Océano ilimitado de la Existencia. La Vida del Océano era Mi verdadera Vida. Desde allí actuaba Yo.
—Pero ¿cómo, a pesar de todo, vivías en Tu cuerpo sin perder el estado de Divinidad?
—Yo nunca dejaba de experimentarme como el Océano. Nunca Me engañaba haciendo de las situaciones terrenales Mi único “espacio de existencia”.
»Uno dirige su atención a la vida terrenal siempre y cuando considere que una situación o problema es más importante que el Estar en Mí. En este caso, esta situación o problema “deja clavada” su atención y uno se atasca en ésta enteramente, con toda la conciencia.
»Cuando quieras separarte de un problema, simplemente dirige la mirada del alma desde tu anahata hacia atrás —hacia Mi Infinidad— y sumérgete en Ésta.
»Interactuando con el plano material, no te consideres como la misma persona que habías sido antes: ¡una persona pequeña involucrada en los asuntos mundanos! ¡Esfuérzate por mantener la percepción de Mi Existencia! ¡Las inmensidades de la naturaleza son dadas a ti no para que te percibas a ti mismo pequeño, sino para que te percibas a ti mismo grande!
»Cuando Yo realizo Mis actos en la Tierra, éstos reflejan Mi Infinidad, y no son el “revolcarse” en el mar de las preocupaciones.
»Cada anahata desarrollado al nivel Divino es un “agujero” que lleva a las Profundidades de Mí, es decir, hasta el “fondo” del espacio multidimensional. A través de este “agujero”, es posible penetrar en Mis Profundidades y conocerme, pero también es necesario saber cómo expandirse allí después. Y esto es la base de todo, como cada uno de ustedes bien sabe.
»Adicionalmente, debes comprender que Yo no dependo de las condiciones exteriores, cualesquiera que éstas sean. ¡Todo vive y se desarrolla dentro de Mí!
»¡Ve Mi Mano en cada suceso y acepta Mi Voluntad, sin salir de la Unión Conmigo! Este es el Camino para conocer la Unidad de todo lo que existe en el universo.
»Y una cosa más: hay que crear nuevos “nidos” en los cuales Mis críos puedan madurar y llegar a ser Águilas. ¡Ésta es tu tarea!
* * *
¡Es temprano en una mañana de otoño! ¡A nuestro alrededor, la transparencia maravillosa, la quietud y la pureza radiante, saturadas de la tierna luz solar y de las hojas otoñales doradas de los abedules y álamos! Estamos de nuevo en camino para a visitar a Eagle en una de Sus zonas de trabajo en el bosque.
¡Entro en el sitio de poder y enseguida caigo en la Luz infinita! ¡No hay límites! ¡La Infinidad! ¡La Inmensidad! ¡La Libertad! ¡La sensación del cuerpo desaparece completamente! ¡Soy pura conciencia que consta sólo de Luz-Amor! ¡Inmediatamente surge la sensación de las alas! Eagle me acoge en Sus Brazos fuertes y grandes y me ayuda a desplegar mis brazos-alas también. Él me apoya mientras estoy intentando emprender el vuelo.
Planeo en la Luz infinita y luego me disuelvo en Ésta. Alterno lo uno con lo otro.
—Dime, Eagle, de dónde viene esta sensación del vuelo, tan familiar para mi. En la niñez, yo volaba todo el tiempo en mis sueños, pero después ¡como si estuviera encadenada! ¡Ya no podía empezar a volar! ¡Y ahora Tú otra vez me regalas esta alegría dichosa!
—En la profundidad de cada alma que se desarrolla correctamente vive la memoria sobre la Libertad, y la Libertad es, entre otras cosas, el vuelo a lo desconocido. Todo depende de la profundidad en la que esta capa de la memoria yace y de la fuerza de la aspiración a la Luz que un alma tiene. ¡Pues para elevarse de la tierra, la mirada del alma debe ser dirigida al cielo!
»¿Sabes de dónde crecen las alas de las aves? ¡Éstas crecen desde los anahatas! ¡Para elevarse, para emprender el vuelo, hay que tener alas, y para tener alas, hay que tener un anahata! ¡Las alas son un instrumento por medio del cual se puede elevar y planear sobre el mundo material, pero la fuerza de sustentación es la fuerza del amor!
»¡Aparte de esto, debes aprender a unirte con la totalidad de la Luz infinita del Creador, perdiendo el sentimiento de separación y convirtiéndote en la Conciencia Viviente de Dios! Esto es posible siempre y cuando tú, como conciencia, constes del Amor.
¡Me uno con Eagle, me sumerjo completamente en Él y me disuelvo! ¡No estoy, sólo Él está! ¡También puedo volar usando los brazos-alas de la conciencia! ¡El amor y el poder, unidos, despliegan las alas! ¡Experimento el Éxtasis Supremo Infinito!
Eagle empieza Su lección regular.
Detrás de mi espalda, hay unas alas grandes hechas de luz sutil.
Eagle enseña:
—¡Experiméntate uno con estas alas! ¡Experimenta su fuerza!
»Y cuando tus alas se fortalezcan y no tengas miedo a los vientos, tu vuelo será el vuelo del Poder y de la Libertad.
»Éste es Mi regalo para ti: las alas de luz. ¡Percíbelas, acéptalas y vuela!
»No debes tener miedo a nada, pues toda la Infinidad soy Yo.
»No hay donde caer, porque todo el espacio está lleno de Mí.
»¡Percíbeme por todas partes! ¡Sumérgete en Mí!
»El único sacrificio que tienes que ofrecer es tu separación. ¡Borra los límites del “yo” individual y percibe toda la grandeza y el poder de Mi Libertad y de Mi Amor!
—Eagle, cuéntanos, por favor, sobre Tu pasado. ¿Cómo creciste desde un humano ordinario hasta la Divinidad?
—No lo alcancé en el planeta Tierra. Vine aquí como un Avatar, un Hijo de Dios. Así como otros Hijos de Dios, vine a la Tierra con el fin de servir a la Evolución en este planeta, joven en aquel tiempo. Mi territorio es América del Norte; muchas veces Me encarné allí entre los indígenas.
—Eagle, ¿cómo enseñabas el conocimiento de Dios a los indígenas? Yo siempre los respeté y los consideré muy fuertes y nobles.
—Entre ellos existen almas muy diferentes. Pero lo que todos los indígenas absorben desde la niñez es el vivir según las leyes de la naturaleza.
»Los indígenas pertenecen a una civilización antigua, y su cosmovisión en aquel tiempo difería mucho de la moderna. Yo les enseñaba a percibir la Creación como un Organismo Integral y a respetar cada forma de vida. Yo les enseñaba a vivir y a actuar impecablemente en la Tierra, sin violar la armonía, el equilibrio y la belleza de aquello que los rodeaba. Desde la niñez temprana los indígenas aprendían a escuchar y comprender el mundo a su alrededor: el sol, las estrellas, el viento, el bosque, el río, los animales… Ellos aprendían a vivir siguiendo las leyes de la naturaleza y se daban cuenta de que la violación de estas leyes causa dolor injustificado a otros seres.
»¡Era fácil enseñar a los indígenas! Pues ellos, a diferencia de los europeos modernos, no eran “prisioneros" de sus casas de piedra ni de sus ideas sobre la estructura del mundo. Los indígenas se sentían como una parte inalienable de la naturaleza; su casa eran los bosques infinitos, las montañas rocosas, los lagos azules y las cascadas. ¡El estado de unión con la naturaleza era muy natural para ellos!
»Cruzando un río en una piragua o caminando por senderos montañosos o boscosos, los indígenas se sentían uno con el viento, con el agua, con las montañas, con las aves… Desde la niñez ellos sabían que sus cuerpos eran simplemente un pequeño fragmento del mundo material y que no eran más importantes que los pinos cuyas copas susurran con la brisa, o el viento que lleva las nubes, o las ardillas que retozan en los árboles, o los peces que nadan en las aguas…
»¿Cómo Yo enseñaba a los indígenas? De la misma manera como te estoy enseñando ahora. Yo les enseñaba a volar, les enseñaba a seguir —en primer lugar— al amor y a la sabiduría, y no sólo al poder.
»A medida que los discípulos maduraban, les mostraba que el mundo material no es todo, que el cuadro del Mundo Entero es mucho más grande. A aquellos que se ponían firmemente en el Camino del Amor y aprendían a crear la belleza y la armonía con cada acto suyo, Yo los llevaba Conmigo en el vuelo al Mundo del Espíritu, los llevaba simplemente “sacándolos” de sus cuerpos.
»Y ellos empezaban a ver que todo estaba impregnado de Luz y aprendían a unirse con esta Luz. Algunos demoraban años en esto, otros, vidas.
»No a todos, sino solamente a aquellos que estaban dispuestos a ir más allá, a lo Desconocido, les esperaba el siguiente paso: “salto en el abismo”. Yo no tenía que buscar sitios de poder para esto, porque podía crearlos con el poder de la Conciencia.
»En un cierto momento, Yo “abría” la tierra delante de aquellos osados y subía desde el abismo de Fuego como una Divina Águila brillante. ¡De esta manera Yo, Conmigo Mismo, abría el paso a la Morada del Espíritu Superior, al mundo del Fuego Divino!
»Sólo los de corazón limpio, que no temían al Fuego del Creador, saltaban Allí.
»Y los que saltaban nunca regresaban siendo ellos mismos: ellos salían renovados del Fuego, salían sólo para reunir sus fuerzas y saltar de nuevo.
»Un día los impecables saltaban por última vez, y la Conciencia Ardiente del Creador les absorbía por completo. Así, desde que el mundo es mundo, nuevos Hijos de Dios nacían en la tierra indígena.
»¡Yo vine a este planeta muchas veces, porque de otra forma las personas perderían el Camino hacia la Libertad, el Camino hacia Mí! Yo vestía Mi Espíritu con la materia del cuerpo y venía aquí. ¡Así Yo explicaba que soy real y conocible!
»¡Todo el Poder Infinito que Yo puedo manifestar Conmigo Mismo es Dios! ¡Cuando pierdes tu confianza en Mí, pierdes la unión con el Poder, Poder que siempre está dispuesto a unirse contigo!
»¡Debes tener humildad absoluta ante la Voluntad de Dios y la confianza absoluta en Su Poder, Que está presente en ti también! ¡Es imposible llevar a cabo algo grande ni ayudar seriamente a alguien si no crees en Mi Poder Que puede actuar a través de ti!
—¡Eagle, me gustaría regalar algo de Ti a las personas encarnadas!
—¡Regálales el sol! ¡Regálales la salida del sol sobre la tierra!
»¡También regálales el Fuego!
»Existe el fuego de un hogar y también existe el fuego de una hoguera; sus llamas calientan los cuerpos.
»¡Pero tú regala a las personas el Fuego que fue traído a la Tierra por Dios, Fuego de Su Amor, Fuego del Corazón!
»¡Regálales el cielo físico y los Cielos! ¡Regálales el infinito azul del cielo sobre la tierra y las nubes iluminadas con el sol ascendente, similares a las huellas dejadas por Mis Alas!
»¡Regálales Mis Profundidades!
»¡Regálales las Montañas! ¡Estas Montañas cuyas cimas tocan el cielo, pero cuyos fundamentos están en las Profundidades del Océano Divino universal!
»¡Regálales la Libertad! ¡Regálales, por lo menos, el conocimiento de que la Libertad existe y que es posible alcanzarla!
»¡Regálales las Alas! ¡Y con éstas, el anhelo de volar Conmigo, dentro de Mí!
»¡Regálales Mi Amor!
»¡Yo puedo enseñarles la voluntad y el intento inflexibles del Guerrero del Espíritu, aquel que se propuso alcanzar la Libertad Superior, la Libertad de seguir conociendo a Dios, la Libertad de desplegar las alas del Amor, la Libertad de disolverse en el Océano de Mi Existencia!
»¡Yo les ofrezco Mi ayuda cada día y cada hora de sus vidas! ¡Cuando la presión externa de los acontecimientos esté fuerte, llámenme y Yo estaré a su lado con todo el Poder infinito de Mi Amor!
»¡Perciban el Vuelo de la Libertad! ¡El Camino que permite fortalecer gradualmente la Unión Conmigo está abierto para todos aquellos que se han transformado en Corazones que planean en el Océano de Dios, que crecen y viven en la interacción Conmigo!
»A propósito, el Águila Blanca no es un mito. ¡Era Dios, Quien otra vez vino a la Tierra para traer a las personas el Fuego del Corazón y abrir para ellas el Sendero hacia los Cielos, el Sendero de la Libertad! ¡Esto es el Don del Padre Celestial para todas las personas!
»¡Cada uno puede aceptar este Gran Don! ¡Cada uno puede tenerlo, pero siempre y cuando lo regale a los demás!
»¡La Libertad está cerca! ¡Yo abro el Camino Luminoso, el Sendero del Amor impecable que lleva hacia ésta!
»Yo subiré sobre la tierra junto con el sol. ¡Vengan a Mí! Yo fijo la reunión durante el alba. ¡Les enseñaré a encender el Fuego Celestial, el Fuego del Amor! ¡Subiré con el sol cuantas veces sean necesarias! ¡Lo haré siempre!
»¡Esperaré en el Camino hacia la Casa!
»¡Caminaré a su lado indicándolo!
»Y cuando llegues Allí, donde estoy sólo Yo, el Sol de Dios obtendrá un rayo más.
»Y entonces Tú también podrás subir junto con el sol. Te convertirás en un Jefe Divino Joven, y Yo agregaré otra pluma a Mi sombrero.
»¡Estoy esperándote!
|